Toño
Nació en una finca de producción lechera enfermito de la piel, lo bautizaron Toño, fue creciendo y por su problema necesitaba cuidados y atención especial lo que no era rentable para la finca de producción por lo que iba a ser vendido para consumo humano. Decidimos recibirlo, empezamos a planear para que el pudiera estar pronto con nosotros pues vivía en Subachoque (bogotá) el tiempo es un factor importante porque para que se adapten de un clima a otro deben estar pequeños, intentamos organizar transporte pero todo estaba muy costoso así que Juancho me dijo: vámonos por el. Recorrimos 850 kilómetros, fueron 21 horas de camino, llegamos a la veterinaria a las 12 de la noche y contamos con la fortuna que nuestros veterinarios son nuestros ángeles y cómplices pues abrieron sólo para recibirlo. Hoy Toño está escribiendo su propia historia, ya no es el número 315 de una lista, ni será parte de la mesa de nadie ni materia prima para elaborar productos terciarios. Hoy Toño es reconocido como un ser sintiente y acá estaremos con él para ayudarle a que viva una vida digna desde la libertad.